jueves, 26 de marzo de 2009

MEMORIA HISTORICA: Josefina Cuesta

AUTORA DE: "LA ODISEA DE LA MEMORIA"


AUTORA DE: "LA ODISEA DE LA MEMORIA"

nada"La sociedad no será completa mientras todos los difuntos no se encuentren en los cementerios"
La catedrática de Historia Contemporánea de la Universidad de Salamanca, Josefina Cuesta, analiza en 'La odisea de la memoria' la evolución de la memoria de España
www.salamanca24horas.com 26/04/2009

La catedrática de Historia Contemporánea de la Universidad de Salamanca, Josefina Cuesta, analiza en una entrevista con Yasmina Recio para la agencia Ical la Ley de la Memoria Histórica, que, desde su punto de vista es incompleta. Asegura que la asignatura pendiente es la de la “justicia hacia los verdugos” y afirma que la sociedad española no será completa mientras todos los difuntos no hayan encontrado un lugar en los cementerios.

Esta historiadora, que lleva 30 años investigando sobre la memoria, acaba de publicar ‘La odisea de la memoria. Historia de la memoria en España, siglo XX’, en el que intenta aproximarse a la complejidad de este asunto a través de la sucesión de diversos regímenes políticos. Navega, según Alianza Editorial, entre “los tormentosos tiempos y espacios de la dictadura franquista, y los complejos procesos hacia la Democracia, por los entresijos del poder y su utilización de la política de la memoria en la España del siglo XX”.

- ¿Por qué decidió escribir un libro sobre la memoria histórica?
- Aunque el tema está muy de actualidad y muy en la opinión pública, comencé a trabajar en este asunto en el año 1978, a partir de unos estudios de postgrado en Francia, cuando uno de los profesores planteó la importancia de este tema. Desde entonces, empecé a trabajar. En definitiva, este trabajo es el fruto de 30 años de investigación.



- ¿A quién va dirigida la obra?, ¿puede considerase libro de cabecera?
- Es un libro para todos los públicos. Primero, porque se habla mucho de la memoria y a veces no se tienen claros los conceptos que se están utilizando, y, en segundo lugar, porque en las sociedades tienen tanta importancia los hechos materiales como los hechos simbólicos. La memoria forma parte de nuestra historia personal y de nuestra historia colectiva, sólo que hasta ahora la habíamos identificado con la historia y no la habíamos estudiado, pero la memoria es un bagaje que llevamos todos.

- ¿Qué conceptos considera que no están claros en la sociedad?
- Por ejemplo, se confunde mucho el concepto de memoria histórica que es el resultado del estudio y el análisis crítico, con el de memoria colectiva que es la memoria de determinados grupos, o con memoria personal o individual que es la de cada persona. Por ese motivo, he dedicado toda la primera parte, que son tres capítulos, a definir todos los conceptos, que es la parte más difícil.

- Después de 30 años dedicada al estudio de la memoria histórica, ¿qué le parece se utilice como un arma política?
- Desgraciadamente, no se puede evitar, porque el poder fagocita, utiliza todos los medios a su alcance y la memoria es muy importante ahora en nuestras sociedades. El poder se apodera de ella. Lo que entiendo es que deberían estar más al servicio de la sociedad en este tema, en vez de capitalizarlo.

- Una vez que ha analizado la cuestión, ¿justifica o entiende que haya una parte de la población que exija esa memoria como propia?
- Se entiende que esas generaciones y grupos a los que se les han sustraído su propia memoria y su propia identidad durante más de 40 años no hayan terminado de reapropiársela. Esa carencia está en la sociedad. Es una herencia de un deber, y entiendo que la sociedad en su conjunto debe reclamarla porque tenemos esa carencia.

- ¿Qué aporta ‘La odisea de la memoria’ a otros estudios y publicaciones?
- Intento hacer una visión de cómo se ha ido construyendo y destruyendo la memoria de los diferentes períodos históricos en la España del siglo XX. Cómo se ha recordado y olvidado la España de la II República, cómo se recuerda, se olvida o se ponen de relieve determinados elementos de la guerra como el franquismo. La dictadura ha actuado sobre la memoria de la Republica, sobre la memoria de la guerra y ha construido su propia memoria dictatorial y la he comparado con la construcción de otras memorias dictatoriales, como la de Italia o Alemania.

- ¿Por qué una ‘odisea’?
- He utilizado ese término porque es un viaje donde es muy difícil llegar; porque es complicado poner punto y final a esa batalla, y luego también porque el tema de la memoria está sujeto a los cantos de la sirena, a las tentaciones de Ulises y tiene muchos escollos.

- ¿Qué opina de la Ley de la Memoria Histórica?, ¿comparte la opinión de las voces críticas que aseguran que se es insuficiente?
- La Transición y Democracia española han funcionado en el tema de la memoria y de la reparación de las víctimas con pequeños pasos. En algún momento soy crítica y digo que en migajas, pero se han ido concediendo las leyes de amnistía, luego determinadas reparaciones, etc. La Ley es un paso más, desde luego no el primero y espero que tampoco el último. Es un eslabón de una cadena de recuperación del pasado y sobre todo de reparación de las víctimas, aunque no es completa, porque se trata de una reparación en el campo de la memoria y no completa. El Estado, por ejemplo, no se hace cargo del levantamiento de cadáveres, entre otras cosas. Sin embargo, es bastante más completa en las reparaciones. La asignatura que ha dejado pendiente es la de la justicia hacia los verdugos, los criminales. Esto no lo ha tocado. Por eso en América Latina ha provocado un profundo descontento, porque no ha tocado el tema de la justicia, que es una constante en la Democracia española.

- ¿Considera que llegó tarde?
- Para la mayoría ha llegado tarde, pero en todo caso es mejor que llegue, aunque incompleta. No sobra, faltaba; no llena todo, pero hasta ahora ninguna de nuestras leyes ha llenado todo.

- Quienes se muestran en contra de este proceso argumentan que no hay que reabrir viejas heridas, ¿cree que se llegarán a cerrar?
- Las heridas que están ahí vivas es porque no se han cerrado nunca y porque realmente hay una deuda con ellas, no se han curado. Aquellos que no las tienen quizá han podido recordar y recuperar a todos sus difuntos durante esos 40 años y deberían comprender a aquellos que no han tenido las mismas ocasiones. Entiendo que deberían ser comprensivos y, sobre todo, la sociedad española no será completa mientras todos los difuntos no hayan encontrado un lugar en nuestros cementerios.

- A lo largo de sus investigaciones ha estado en contacto con víctimas, ¿qué es lo que más le conmueve de su situación?
- Aunque no he trabajado directamente en asociaciones, incorporada como militante, sí he tenido contacto con las víctimas desde el campo del estudio y dirigiendo trabajos. Uno de los temas que me ha impresionado siempre es trabajar sobre los niños evacuados en la guerra a los que conozco, así como también el destino de los niños de Rusia, con la caída de la antigua Unión Soviética y el exilio en América Latina. Éstos son a los que conozco mejor. Sienten que en todas partes se les considera extranjeros.

- Se encuentra trabajando en un estudio sobre las mujeres republicanas, ¿puede avanzar las líneas en las que investiga?
- Nos hemos dado cuenta de que han sido muy olvidadas por la Democracia española, a pesar de que habían conquistado muchos de los derechos que hemos tenido que reconquistar después. Teníamos ese precedente y ese modelo que no habíamos recuperado, una herencia que teníamos dilapidada, metida en la despensa. Fueron pioneras incluso en Europa en muchos aspectos. Por ejemplo, conquistaron el voto 15 años antes que las francesas o las italianas, se adelantaron en muchos de sus derechos. Hubo una mujer que ocupó un ministerio en España en el año 1936, cuando en otros Gobiernos fue mucho más tarde. La primera en Europa en ocupar este cargo fue en Gran Bretaña en 1924 y tampoco hay tanta diferencia. Realmente abrieron muchos campos que se estaban esbozando en Europa, pero que ya se adelantaron.

- ¿Qué impronta dejaron estas mujeres en Castilla y León?
- Una de ellas, Francisca Bohigas, formó parte de las Cortes de la II República, como diputada por León. Hubo muchísimas maestras en la región, algunas de ellas fueron represaliadas por Franco y escribieron sus memorias, como por ejemplo la maestra de Peñaranda Leonor Ruipérez. En el estudio nos vamos a ocupar de las maestras y profesoras.


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