viernes, 24 de abril de 2009

MEMORIA HISTORICA

Hoy 24 de abril de 2009, setenta años después del asesinato de mi abuelo, en su memoria y en la de miles de hombre y mujeres que honestamente defendieron la libertad, como valor fundamental, quiero dejar para siempre mi humilde homenaje en este espacio virtual del que hoy disponemos... Internet.

Memoria histórica: JUSTO GONZÁLEZ MÁRQUEZ

Hace setenta años fue ejecutado, en las inmediaciones del cementerio de Almería, mi abuelo, Justo González Márquez, un hombre nacido en Gergal y que ejercía como empleado del Registro de la Propiedad de este pueblo. Cabe destacar que, según todas las señas, entendía la política como una herramienta útil tanto para el entendimiento de las personas como para que su pueblo progresara. En ese sentido quedan vestigios de que en su corta vida, apenas 47 años, tuvo siempre opinión y responsabilidades dentro del municipio: Concejal, Alcalde, Juez accidental, Recaudador de impuestos etc, siempre se mostró fiel al Estado legalmente constituido de la República, y se colocó dentro de la Izquierda política … Con el golpe de Estado franquista de manera torticera, inmoral, injusta, ilegal y cobarde fue ajusticiado a través de uno de esos “juicios sumarísimos y/o consejo de guerra”; en menos de treinta días fue cruelmente asesinado. Desconocemos donde están sus restos. Aquí acaba tristemente la historia, la vida, de una buena persona y comienza el calvario de toda una familia. Mujer y cinco hijos, el mayor de 21 años, en la cárcel por “auxilio a la rebelión” y condenado a reclusión perpetua.. El resto menores y en desamparo. Una tragedia de las tantas que hubo tras el golpe de Estado franquista.
De mi abuelo me han contado, algunos lugareños, que al terminar el sangriento y largo golpe de estado fue aconsejado a que abandonara España, pero fiel a sus convicciones y convencido de no estar deudor de nada y de haber actuado correctamente, desechó esa posibilidad. A los pocos días, a comienzos de abril de 1939, fue denunciado/detenido y tras pasar unos días en la cárcel de Gergal lo trasladaron a la de Almería. El 24 de abril le fue notificada la pena máxima, “enterado el generalísimo”, que se aplicaría a la una del 25 de abril de 1939. El juicio sumarísimo al que fue sometido fue breve, tres testigos, el informe de la “autoridad local”, algún documento encontrado en su casa sobre su pertenencia a la UGT, dinero “rojo” más la incalificable opinión del párroco. Conciso en la misma proporción que cruel la sentencia. En los días que estuvo retenido en la cárcel de Gergal, en unas cuartillas que llevaba en la chaqueta, y con un lápiz, dejó escrito su mejor declaración sobre los hechos que le imputaban. Siendo consciente que su posibilidad de defensa, posiblemente fuera nula, plasmó por escrito “el que encuentre esto que lo dé a mi mujer o a mis hijos y que lo guarden hasta que halla ocasión de publicarlo”.
Ahora se cumple el setenta aniversario de su ejecución y, sin rencor, remordimiento, ni resentimiento alguno, pero sin renunciar a defender, con total contundencia, la dignidad humana y desde luego la de mi abuelo y de miles y miles más. Quiero cumplir el deseo que él dejó escrito y que las vicisitudes de la vida lo han impedido: que vea la luz todo su testimonio manuscrito, y la “formalidad” que sirvió como base de su asesinato: “Proceso sumarísimo de guerra”. Así poder comprobar la infamia e injusticia que se hizo.
No es difícil entender como se ha llegado hasta aquí, setenta años después, sin que haya decidido hablar y publicitar tanto su escueto pero contundente legado manuscrito, su única defensa, como la copia de su Proceso Sumarísimo.
Únicamente resaltaré alguna cosa; tuve que llegar a más de 45 años para que mi tía me permitiera conocer los manuscritos de mi abuelo, mi padre falleció en 1975 sin conocerlos, el calvario por el que tuvo que pasar la familia, después de asesinar a mi abuelo sólo es comparable con el de miles y miles de familias de hombres y mujeres honestas y honradas que han tenido que sufrir lo indecible durante la dictadura franquista, su única falta: ser rojos, ser republicanos.
Mi padre, Justo González Espinar, vivió hasta los 56 años soñando con volver a vivir en libertad, nunca atendió las noticias, jamás escuchó el himno nacional al finalizar la sesión de la TV, y todos los abriles de su vida fueron dolientes y oscuros, no hablaba, quería estar solo, nunca dio explicación. Mi cumpleaños, casualmente, es el 24 de abril; nunca se celebró en mi casa.
En el verano de 2008 tuvimos la oportunidad de conocer el “Proceso del Consejo de Guerra Sumarísimo” por el que fue “juzgado”, gracias a una de esas casualidades de la vida; un estudioso de nuestra historia. Desgraciadamente hoy en España han desaparecido miles de expedientes de procesos de los años franquistas y la gran mayoría restante están totalmente herméticos para las familias y los investigadores.
Dos cosas me restan expresar:
La primera, insistir que la Democracia española junto a la iglesia católica tienen una asignatura pendiente: Ofrecer todos sus archivos, medios y su colaboración para que los estudiosos describan, sin eufemismos, lo que ocurrió, entre el 18 de julio de 1936, golpe de Estado franquista, y la muerte del dictador en noviembre de 1975. Igual que los alemanes asumen su tremendo pasado nazi, nosotros también hemos de asumir el franquismo y sus crímenes.
La segunda, quisiera con estas humildes letras, en este diario de las tierras en las que creció mi familia paterna, gritar y reivindicar con todas mis fuerzas, la honestidad de mi abuelo Justo González Márquez. Haciéndolo extensivo a los miles y miles de hombres y mujeres que como él y su hijo Justo González Espinar, mi padre, condenado a la pena de reclusión perpetúa, son la esencia de la Democracia que hoy disfrutamos.
En memoria de todos los hombres y mujeres que el dictador, “enterado”, mandó ejecutar, y, aprovechando las nuevas tecnologías ofrezco un ejemplo de la dureza y crueldad de la dictadura franquista: A aquellos que le interese conocer, a través de un testimonio real, parte de nuestra memoria historia tienen a su disposición las cuartillas escritas por Justo González Márquez en la cárcel de Gergal antes de ser ejecutado, así como el conjunto de su Proceso del Juicio Sumarísimo. Pueden encontrarlo en el Blog que lleva su nombre y cuya dirección es
justogonzalezmarquez@blogspot.com

Justo González Serna
justogonzalezserna@gmail.com






sábado, 28 de marzo de 2009

MEMORIA HISTÓRICA

SU HIJO MAYOR

JUSTO GONZÁLEZ ESPINAR

MI PADRE

De forma anárquica he tratado de describir, mínimamente, algunos de los recuerdos que, con las pocas neuronas que me restan, soy capaz de plasmar por escrito.
Podría ser el patrón de muchas familias españolas “rojas y/o republicanas
La familia se recompuso en los años cuarenta y tantos al trasladarse todos a la ciudad de Elche (Alicante). No fue casualidad elegir Elche: la conmutación de la pena de reclusión perpetua a mi padre, Justo González Espinar, llevaba añadida el estar desterrado a más de 200 Km. de su tierra, Gergal (Almería). La familia comenzó su andadura alquilando unas habitaciones y echándose a la calle a buscar cualquier pequeño empleo para sobrevivir. Cada hermano, los mayores fundamentalmente, buscaron formas para ganarse la vida…
Mi padre, que tenía una formación razonable para la época, recuerdo de él su buena caligrafía y buen sentido común. Algunos domingos, nos leía el Quijote.. Aprendió un oficio relacionado con el calzado, industria básica de la ciudad, las hormas.. y después de varios años de trabajar en una fábrica de hormas, y aprender, decidió independizarse y ganarse la vida de forma autónoma; llegó a tener un pequeño taller para reformas de hormas que lo compatibilizó con una representación de hormas nuevas para fabricar zapatos… lo que le permitió, en aquellos años, vivir razonablemente para la época. El resto de hermanos se casaron y siguieron su vida en Elche. Hoy viven tres.
Recuerdo que me hacia acompañar a las fábricas de zapatos, los jóvenes a los 10 ó 12 años comenzaban a trabajar.. 12 horas diarias seis días semana. Los sábados por las mañanas lo más jóvenes limpiaban las fábrica y luego lavaban el coche del Jefe… siempre me repetía que eso era “la nueva esclavitud “hay que huir de esto” .. “Tienes que estudiar… “
Su ocio, fundamentalmente, era ir “al campo”, un pequeño terreno, en Gergal sería cortijo, con una casita. Allí con sus hermanos y algún amigo almorzaba y en la época de caza acompañaba a los que podían tener escopeta, y alguna vez le dejaban disparar… Él nunca pudo tener permiso de armas para tener su propia escopeta.. Le gustaban con pasión.. No pudo ser.. LOS PENALES Y LOS INFORMES POLICICALES NO SE LO PERMITIERON. En casa tenían un patio, siempre con algún perro y pájaros de perdiz que le servían de entretenimiento.
El día 1 de Mayo.. Siempre muy temprano se iba al campo siempre cuidó estar ese día con mucha gente y a ser posible con alguien del “régimen”.. Por si acaso.. Siempre tuvo miedos, aunque no lo decía ………. ¿Cuanto habría pasado?
Rechazaba los informativos y la prensa “todo es falso”.... con muy poca gente habló de la política y desde luego siempre con sumo cuidado. Sólo escuchaba por las noches, y con el sonido muy bajo, la radio…
Algunas frases repetidas hasta la saciedad.. “No digas a nadie que escucho la radio por las noches..” “Lo que oigas en esta casa no se lo digas a nadie..” “Si alguna vez te dicen rojo o hijo de un rojo.. No te des por aludido”.
Teniendo 11 ó 12 años un verano fuimos, en un Citroen 2 CV que compró mi padre, a Gergal.. Recuerdo la carretera sin asfaltar hasta el pueblo y que entramos y salimos sin parar.. Una expresión de mi madre “ el papá está nervioso” … quedó grabado en mi mente.. Estaba descompuesto. Nunca más volvimos. Tuvo relación con un primo suyo que era maestro en Tabernas, José Guijarro. Varios veranos volvimos hasta Tabernas incluso fuimos a Almería.. Mi hermana también estableció buena amistad con los primos de Tabernas.. En varias ocasiones fue en Autobús a visitarlos y pasar unos días. Ellos también visitaron Elche. En una ocasión lo acompañé a Tíjola.. Murió un primo suyo.
Mi padre falleció, a los 56 años, unos meses antes que el dictador: en agosto de 1975. Me contaba que el elegir esta ciudad fue debido a que había oído que era un lugar donde era posible encontrar algún empleo…
Este patrón seguro que es aplicable a miles de familias españolas tras el golpe de Estado fascista. Al igual que millones de españoles trataron de rehacer sus vidas, y todos ellos mantuvieron en términos generales un absoluto silencio sobre su pasado. En nuestro caso, tal vez el único de toda la familia, que transmitió alguna opinión era el mayor, mi padre. Pero reconozco que todo era un misterio. Frases cortas y siempre con un final “lo que escuches en esta casa no lo cuentes a nadie”. Tenía 18 años cuando perdí una de mis referencias en la vida. Del recuerdo de mi padre me queda que trabajaba y trabajaba, no leía prensa, pues “es todo falso”, no se relacionaba apenas y profesaba una animadversión por las religiones en general y muy en particular por la católica: fuimos bautizados los tres hijos, “era necesario para todo” pero no llegué a realizar la primera comunión.. Excuso decirles lo que tardé en entender el hecho, corrían los años sesenta. Me prometió que cuando fuera mayor de edad si decidía escoger una religión, de forma libre, él no tendría inconveniente en acompañarme.. No entendía nada.. con 8 ó 9 años.. Hoy confieso abiertamente mi ateísmo.
Tengo en la mente unos minutos de conversación con mi padre, estaba anocheciendo, en la puerta de la casa donde vivíamos : en la que casi textualmente me dijo “ daría todo lo que estuviera a mi alcance para que conocieras la libertad, para que supieras que son los partidos políticos” luego recuerdo que me dijo que tal vez algún día yo conocería los partidos políticos, a Santiago Carrillo y a la Pasionaria.. Mi mente adolescente gravó casualmente aquellas frases que siempre ha ido conmigo…..
Siempre hizo un esfuerzo especial en explicarme la diferencia entre preso común y preso político.. Yo no entendía nada.. Era todo tan raro..: repasaba los textos de literatura y/o de historia y se enfadaba….. ¿Dónde esta García Lorca y…? “ellos lo mataron”..Y la República…?, Era todo tan raro para mí..
De sus ataques de sinceridad, lengua suelta, me impresionaba cuando contaba las tortura a las que fue, fueron, sometidos en las distintas cárceles, el hambre que pasaban,. La relación con sus compañeros presos, con sus guardianes y sobre todo con los curas de las prisiones “estaban gordos y lustrosos con unas papadas….” Siempre le recordaban que "el Señor los acogería…” Me parecía una película.. Era tan duro todo. Sinceramente me costó creérmelo.. Luego siempre venía aquello de….. no se lo digas a nadie…. Recuerdo el penal del Dueso.. y “los batallones de trabajadores..”
Entre las crueldades mías, como me duele pensarlo, y, más escribirlo.. Es la primera vez que lo hago. Le preguntaba…. ¿ Si tú has estado en la cárcel.. Será por algo.. Algo habrás hecho..? Entonces venía lo anterior.. Preso común.. Preso político..
Lo entiendo pero ya no está él.
Sólo la casualidad ha hecho que los nietos hayamos podido recomponer, algo de la pequeña y trágica historia de una persona buena: Debemos agradecer a estudiosos de la historia almeriense, a la alcaldesa de Gergal a lugareños, no recuerdo los nombres, que me han hablado, fundamentalmente de mi abuelo.. Sin duda dejó un buen recuerdo. En el 36 mi padre era un joven de 18 años..
En este setenta aniversario del fusilamiento de mi abuelo, peino infinidad de canas, y se han dado las circunstancias para que decida realizar este mínimo homenaje.. Desde luego que quiero hacerlo extensivo a muchos hombres y mujeres que he conocido, y que no, pero sé que han sufrido un destino parecido. La dictadura franquista.
Justo González Serna

MEMORIA HISTÓRICA

MUY OPORTUNO ESTE ARTÍCULO DEL DIARIO EL PAÍS

GRACIAS


"Muero tranquilo y orgulloso..." · ELPAÍS.com


Han pasado 70 años pero la crueldad, del fascismo franquista, debe ser conocida con
todo detalle.
España si quiere ser, un verdadero Estado, ha de poner nombre y apellido a lo ocurrido entre el 18 de julio de 1936 y el 20 de noviembre de 1975: la dictadura franquista. Y se debe hacer con el método científico: con los estudiosos, los investigadores... al margen de todo. El Estado decididamente debe impulsarlo. Los símbolos tienen que ganarse el pretigio.. la Corona, la bandera, el himno... tienen que ser garantes de la recuperación total de nuestra historia.. y descrirlas sin eufemismos..

Tenemos un ejemplo cercano; los alemanes dejaron meridianamente claro, ante el mundo, su reconocimiento a las barbaries que el regimen nazi produjo.

Los españoles tenemos que ordenar nuestro pasado. No puede ser que nuestra historia este guardada en
Juzgados militares, lo que resta, pues, buena parte de los Procesos Sumarísimos fueron destruidos
La cohesión del Estado hay que trabajarla, y sin lugar a dudas, una parte, en la que todas las autonómias pueden tener algo en común, es en recuperar la historia, su historia. La historia de España...

Un artículo excelente

Una veza más me siento tremendamente orgulloso, no solamente de mi familia, que también, de todos los hombres y mujeres que defendieron la libertad.. hasta con sus vidas. Mi padre un día me dijo " tú conocerás los partidos políticos.. tú conoceras a Santiago Carrillo.. a la Pasionaria..". Lo contaré otro día.

"Muero tranquilo y orgulloso..." · ELPAÍS.com


OTRO EXCELENTE ARTÍCULO

TRIBUNA: JULIÁN CASANOVA

Setenta años de la victoria de Franco

JULIÁN CASANOVA 29/03/2009

Se cumplen ahora 70 años del final de la Guerra Civil, de aquel parte oficial emitido desde el cuartel general de Franco el 1 de abril de 1939 y difundido con la voz del locutor y actor Fernando Fernández de Córdoba.

El fin de la República fue un triunfo de Hitler y una derrota de las democracias europeas

Atrás había quedado una guerra de casi 1.000 días que dejó cicatrices duraderas en la sociedad española. El total de víctimas mortales se aproximó a 600.000, de las cuales 100.000 corresponden a la represión desencadenada por los militares sublevados y 55.000 a la violencia en la zona republicana. Medio millón de personas se amontonaban en las prisiones y campos de concentración. El éxodo que emprendió la población vencida dejó también huella. "La retirada", como se conoció a ese gran exilio de 1939, llevó a Francia a unos 450.000 refugiados en el primer trimestre de ese año, de los cuales 170.000 eran mujeres, niños y ancianos. Unos 200.000 volvieron en los meses siguientes, para continuar su calvario en las cárceles de la dictadura franquista.

Franco logró lo que se proponía: una guerra de exterminio y de terror en la que se asesinaba a miles en la retaguardia para que no pudieran levantar cabeza en décadas. Forjado en el africanismo, la contrarrevolución y el anticomunismo, nunca concedió el más mínimo respiro a los vencidos o a sus oponentes. De palabra y de obra. "No sacrificaron nuestros muertos sus preciosas vidas para que nosotros podamos descansar", declaraba en la inauguración del Valle de los Caídos en abril de 1959. Recordar la guerra, siempre en guardia contra el enemigo, no cambiar nada, confiar siempre en esas fuerzas armadas que tan bien habían servido a la nación española, utilizar la religión católica como refugio de su tiranía y crueldad. Ésa era la receta.

Ni Hitler ni Mussolini llegaron al poder por medio de una guerra civil. Ésa fue una gran ventaja que, desde el punto de vista de la política interior, sólo Franco pudo gozar. La guerra actuó como punto de unión entre todos los que prestaron su apoyo al Estado franquista. El Ejército, la Falange, la Iglesia católica, representaban a esos vencedores, y de ellos salieron durante años el alto personal dirigente, las autoridades locales y los fieles siervos de la Administración.

España comenzó los años treinta con una República y acabó la década sumida en una dictadura derechista y autoritaria. Bastaron tres años de guerra para que la sociedad española padeciera una oleada de violencia y de desprecio por la vida del otro sin precedentes. Por mucho que se hable de la violencia que precedió a la Guerra Civil, para tratar de justificar su estallido, está claro que en la historia del siglo XX español hubo un antes y un después del golpe de Estado de julio de 1936. Además, tras el final de la Guerra Civil, en 1939, durante al menos dos décadas no hubo ninguna reconstrucción positiva, tal y como ocurrió en los países de Europa occidental después de 1945.

Cuando empezó la Guerra Civil española, los poderes democráticos estaban intentando a toda costa "apaciguar" a los fascismos, sobre todo a la Alemania nazi, en vez de oponerse a quien realmente amenazaba el equilibrio de poder. La República se encontró, por lo tanto, con la tremenda adversidad de tener que hacer la guerra a unos militares sublevados que se beneficiaron desde el principio de esa situación internacional tan favorable a sus intereses. Las dictaduras dominadas por Gobiernos autoritarios de un solo hombre y de un único partido estaban sustituyendo entonces a las democracias en muchos países europeos, y si se exceptúa el caso ruso, todas esas dictaduras salían de las ideas del orden y de la autoridad de la extrema derecha. Seis de las democracias más sólidas del continente fueron invadidas por los nazis al año siguiente de acabar la Guerra Civil. España no era, en consecuencia, una excepción ni el único país donde el discurso del orden y del nacionalismo extremo se imponía al de la democracia y de la revolución.

Las dictaduras que emergieron en Europa en esos años tuvieron que enfrentarse a movimientos de oposición de masas, y para controlarlos necesitaron poner en marcha nuevos instrumentos de terror. Ya no bastaba con la prohibición de partidos políticos, la censura o la negación de los derechos individuales. Un grupo de criminales se hizo con el poder. Y la brutal realidad que salió de sus decisiones fueron los asesinatos, la tortura y los campos de concentración. La victoria de Franco fue también una victoria de Hitler y de Mussolini. Y la derrota de la República fue asimismo una derrota para las democracias.

El descubrimiento de esa historia de vencedores y vencidos, de víctimas y verdugos, ha suscitado un agrio debate en la sociedad española en los últimos años. Pese a las miles de páginas escritas por historiadores, que no dejan duda alguna sobre la existencia y definición de esos crímenes políticos, algunos de los mitos fundacionales de la dictadura tienen todavía común aceptación en las opiniones y recuerdos de un amplio sector de la población. En ese conflicto entre diferentes memorias, el proyecto de cambio político y social de la República quedó sepultado en la gran tumba que el franquismo cavó desde abril de 1939. Y ahí sigue arrinconado, 70 años después.

Julián Casanova es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza.

jueves, 26 de marzo de 2009

MEMORIA HISTORICA: Josefina Cuesta

AUTORA DE: "LA ODISEA DE LA MEMORIA"


AUTORA DE: "LA ODISEA DE LA MEMORIA"

nada"La sociedad no será completa mientras todos los difuntos no se encuentren en los cementerios"
La catedrática de Historia Contemporánea de la Universidad de Salamanca, Josefina Cuesta, analiza en 'La odisea de la memoria' la evolución de la memoria de España
www.salamanca24horas.com 26/04/2009

La catedrática de Historia Contemporánea de la Universidad de Salamanca, Josefina Cuesta, analiza en una entrevista con Yasmina Recio para la agencia Ical la Ley de la Memoria Histórica, que, desde su punto de vista es incompleta. Asegura que la asignatura pendiente es la de la “justicia hacia los verdugos” y afirma que la sociedad española no será completa mientras todos los difuntos no hayan encontrado un lugar en los cementerios.

Esta historiadora, que lleva 30 años investigando sobre la memoria, acaba de publicar ‘La odisea de la memoria. Historia de la memoria en España, siglo XX’, en el que intenta aproximarse a la complejidad de este asunto a través de la sucesión de diversos regímenes políticos. Navega, según Alianza Editorial, entre “los tormentosos tiempos y espacios de la dictadura franquista, y los complejos procesos hacia la Democracia, por los entresijos del poder y su utilización de la política de la memoria en la España del siglo XX”.

- ¿Por qué decidió escribir un libro sobre la memoria histórica?
- Aunque el tema está muy de actualidad y muy en la opinión pública, comencé a trabajar en este asunto en el año 1978, a partir de unos estudios de postgrado en Francia, cuando uno de los profesores planteó la importancia de este tema. Desde entonces, empecé a trabajar. En definitiva, este trabajo es el fruto de 30 años de investigación.



- ¿A quién va dirigida la obra?, ¿puede considerase libro de cabecera?
- Es un libro para todos los públicos. Primero, porque se habla mucho de la memoria y a veces no se tienen claros los conceptos que se están utilizando, y, en segundo lugar, porque en las sociedades tienen tanta importancia los hechos materiales como los hechos simbólicos. La memoria forma parte de nuestra historia personal y de nuestra historia colectiva, sólo que hasta ahora la habíamos identificado con la historia y no la habíamos estudiado, pero la memoria es un bagaje que llevamos todos.

- ¿Qué conceptos considera que no están claros en la sociedad?
- Por ejemplo, se confunde mucho el concepto de memoria histórica que es el resultado del estudio y el análisis crítico, con el de memoria colectiva que es la memoria de determinados grupos, o con memoria personal o individual que es la de cada persona. Por ese motivo, he dedicado toda la primera parte, que son tres capítulos, a definir todos los conceptos, que es la parte más difícil.

- Después de 30 años dedicada al estudio de la memoria histórica, ¿qué le parece se utilice como un arma política?
- Desgraciadamente, no se puede evitar, porque el poder fagocita, utiliza todos los medios a su alcance y la memoria es muy importante ahora en nuestras sociedades. El poder se apodera de ella. Lo que entiendo es que deberían estar más al servicio de la sociedad en este tema, en vez de capitalizarlo.

- Una vez que ha analizado la cuestión, ¿justifica o entiende que haya una parte de la población que exija esa memoria como propia?
- Se entiende que esas generaciones y grupos a los que se les han sustraído su propia memoria y su propia identidad durante más de 40 años no hayan terminado de reapropiársela. Esa carencia está en la sociedad. Es una herencia de un deber, y entiendo que la sociedad en su conjunto debe reclamarla porque tenemos esa carencia.

- ¿Qué aporta ‘La odisea de la memoria’ a otros estudios y publicaciones?
- Intento hacer una visión de cómo se ha ido construyendo y destruyendo la memoria de los diferentes períodos históricos en la España del siglo XX. Cómo se ha recordado y olvidado la España de la II República, cómo se recuerda, se olvida o se ponen de relieve determinados elementos de la guerra como el franquismo. La dictadura ha actuado sobre la memoria de la Republica, sobre la memoria de la guerra y ha construido su propia memoria dictatorial y la he comparado con la construcción de otras memorias dictatoriales, como la de Italia o Alemania.

- ¿Por qué una ‘odisea’?
- He utilizado ese término porque es un viaje donde es muy difícil llegar; porque es complicado poner punto y final a esa batalla, y luego también porque el tema de la memoria está sujeto a los cantos de la sirena, a las tentaciones de Ulises y tiene muchos escollos.

- ¿Qué opina de la Ley de la Memoria Histórica?, ¿comparte la opinión de las voces críticas que aseguran que se es insuficiente?
- La Transición y Democracia española han funcionado en el tema de la memoria y de la reparación de las víctimas con pequeños pasos. En algún momento soy crítica y digo que en migajas, pero se han ido concediendo las leyes de amnistía, luego determinadas reparaciones, etc. La Ley es un paso más, desde luego no el primero y espero que tampoco el último. Es un eslabón de una cadena de recuperación del pasado y sobre todo de reparación de las víctimas, aunque no es completa, porque se trata de una reparación en el campo de la memoria y no completa. El Estado, por ejemplo, no se hace cargo del levantamiento de cadáveres, entre otras cosas. Sin embargo, es bastante más completa en las reparaciones. La asignatura que ha dejado pendiente es la de la justicia hacia los verdugos, los criminales. Esto no lo ha tocado. Por eso en América Latina ha provocado un profundo descontento, porque no ha tocado el tema de la justicia, que es una constante en la Democracia española.

- ¿Considera que llegó tarde?
- Para la mayoría ha llegado tarde, pero en todo caso es mejor que llegue, aunque incompleta. No sobra, faltaba; no llena todo, pero hasta ahora ninguna de nuestras leyes ha llenado todo.

- Quienes se muestran en contra de este proceso argumentan que no hay que reabrir viejas heridas, ¿cree que se llegarán a cerrar?
- Las heridas que están ahí vivas es porque no se han cerrado nunca y porque realmente hay una deuda con ellas, no se han curado. Aquellos que no las tienen quizá han podido recordar y recuperar a todos sus difuntos durante esos 40 años y deberían comprender a aquellos que no han tenido las mismas ocasiones. Entiendo que deberían ser comprensivos y, sobre todo, la sociedad española no será completa mientras todos los difuntos no hayan encontrado un lugar en nuestros cementerios.

- A lo largo de sus investigaciones ha estado en contacto con víctimas, ¿qué es lo que más le conmueve de su situación?
- Aunque no he trabajado directamente en asociaciones, incorporada como militante, sí he tenido contacto con las víctimas desde el campo del estudio y dirigiendo trabajos. Uno de los temas que me ha impresionado siempre es trabajar sobre los niños evacuados en la guerra a los que conozco, así como también el destino de los niños de Rusia, con la caída de la antigua Unión Soviética y el exilio en América Latina. Éstos son a los que conozco mejor. Sienten que en todas partes se les considera extranjeros.

- Se encuentra trabajando en un estudio sobre las mujeres republicanas, ¿puede avanzar las líneas en las que investiga?
- Nos hemos dado cuenta de que han sido muy olvidadas por la Democracia española, a pesar de que habían conquistado muchos de los derechos que hemos tenido que reconquistar después. Teníamos ese precedente y ese modelo que no habíamos recuperado, una herencia que teníamos dilapidada, metida en la despensa. Fueron pioneras incluso en Europa en muchos aspectos. Por ejemplo, conquistaron el voto 15 años antes que las francesas o las italianas, se adelantaron en muchos de sus derechos. Hubo una mujer que ocupó un ministerio en España en el año 1936, cuando en otros Gobiernos fue mucho más tarde. La primera en Europa en ocupar este cargo fue en Gran Bretaña en 1924 y tampoco hay tanta diferencia. Realmente abrieron muchos campos que se estaban esbozando en Europa, pero que ya se adelantaron.

- ¿Qué impronta dejaron estas mujeres en Castilla y León?
- Una de ellas, Francisca Bohigas, formó parte de las Cortes de la II República, como diputada por León. Hubo muchísimas maestras en la región, algunas de ellas fueron represaliadas por Franco y escribieron sus memorias, como por ejemplo la maestra de Peñaranda Leonor Ruipérez. En el estudio nos vamos a ocupar de las maestras y profesoras.


MIGUEL HERNANDEZ

ELEGIA


(En Orihuela, su pueblo y el mío, se
me ha muerto como del rayo Ramón Sijé,
con quien tanto quería.)

Yo quiero ser llorando el hortelano
de la tierra que ocupas y estercolas,
compañero del alma, tan temprano.

Alimentando lluvias, caracolas
y órganos mi dolor sin instrumento.
a las desalentadas amapolas

daré tu corazón por alimento.
Tanto dolor se agrupa en mi costado,
que por doler me duele hasta el aliento.

Un manotazo duro, un golpe helado,
un hachazo invisible y homicida,
un empujón brutal te ha derribado.

No hay extensión más grande que mi herida,
lloro mi desventura y sus conjuntos
y siento más tu muerte que mi vida.

Ando sobre rastrojos de difuntos,
y sin calor de nadie y sin consuelo
voy de mi corazón a mis asuntos.

Temprano levantó la muerte el vuelo,
temprano madrugó la madrugada,
temprano estás rodando por el suelo.

No perdono a la muerte enamorada,
no perdono a la vida desatenta,
no perdono a la tierra ni a la nada.

En mis manos levanto una tormenta
de piedras, rayos y hachas estridentes
sedienta de catástrofes y hambrienta.

Quiero escarbar la tierra con los dientes,
quiero apartar la tierra parte a parte
a dentelladas secas y calientes.

Quiero minar la tierra hasta encontrarte
y besarte la noble calavera
y desamordazarte y regresarte.

Volverás a mi huerto y a mi higuera:
por los altos andamios de las flores
pajareará tu alma colmenera

de angelicales ceras y labores.
Volverás al arrullo de las rejas
de los enamorados labradores.

Alegrarás la sombra de mis cejas,
y tu sangre se irán a cada lado
disputando tu novia y las abejas.

Tu corazón, ya terciopelo ajado,
llama a un campo de almendras espumosas
mi avariciosa voz de enamorado.

A las aladas almas de las rosas
del almendro de nata te requiero,
que tenemos que hablar de muchas cosas,
compañero del alma, compañero.




Los cobardes


De Vientos del Pueblo

Miguel Hernández


Hombres veo que de hombres
solo tienen, solo gastan
el parecer y el cigarro
el pantalón y la barba.
En el corazón son liebres,
gallinas en las entrañas,
galgos de rápido vientre,
que en épocas de paz ladran
y en épocas de cañones
desaparecen del mapa.
Estos hombres, estas liebres,
comisarios de la alarma,
cuando escuchan a cien leguas
el estruendo de las balas,
con singular heroísmo
a la carrera se lanzan,
se les alborota el ano,
el pelo se les espanta.
Valientemente se esconden,
gallardamente se escapan
del campo de los peligros
estas fugitivas cacas,
que me duelen hace tiempo
en los cojones del alma.
¿Dónde iréis que no vayáis
a la muerte liebres pálidas,
podencos de poca fe
y de demasiadas patas?
¿No os avergüenza mirar
en tanto lugar de España
a tanta mujer serena
bajo tantas amenazas?
Un tiro por cada diente
vuestra existencia reclama,
cobardes de piel cobarde
y de corazón de caña.
Tembláis como poseídos
de todo un siglo de escarcha
y vais del sol, a la sombra
llenos de desconfianza.
Halláis los sótanos poco
defendidos por las casas.
Vuestro miedo exige al mundo
batallones de murallas,
barreras de plomo a orillas
de precipicios y zanjas
para nuestra pobre vida,
mezquina de sangre y ansias.
No os basta estar defendidos
por lluvias de sangre hidalga,
que no cesa de caer,
generosamente cálida,
un día tras otro día
a la gleba castellana.
No sentís el llamamiento
de las vidas derramadas.
Para salvar vuestra piel
las madrigueras no os bastan,
no os bastan los agujeros,
ni los retretes ni nada.
Huís y huís, dando al pueblo,
mientras bebéis la distancia,
motivos para mataros
por las corridas espaldas.
Solos se quedan los hombres
al calor de las batallas,
y vosotros lejos de ellas,
queréis ocultar la infamia,
pero el color de cobardes
no se os irá de la cara.
Ocupad los tristes puestos
de la triste telaraña.
Sustituid a la escoba,
y barred con vuestras nalgas
la mierda que vais dejando
donde colocáis la planta.